¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?

- No entiendo como los humanos no miráis nunca el Sol.
- Es fácil.Si lo hacemos,se nos queman las córneas.
- Pues os perdeis algo increible...
- Nos perdemos muchas cosas.Estamos demasiado ocupados con lo urgente,para darnos cuenta de lo importante.Y la luz,la libertad de poder respirar,los pasos que damos,nada tiene valor.Nos creemos con derecho a pronunciar las palabras equivocadas,a bailar con la rutina,y nos olvidamos de ser felices...
- Debe de ser muy triste vivir así...
- Sí,pero ahora, silencio,el loco va a hablar.

martes, 3 de mayo de 2011

Clases de vuelo.

 

Voy a serte sincera. Llevo tanto tiempo sin escribir que mis dedos han perdido fluidez, y no hago más que esbozar palabrería absurda.
Me gustaría contarte un secreto. Ya sé que los secretos se deben guardar bajo llave, pero llega un momento en el que, si no hablas, algo en tu interior se rompe, y salen más y más lágrimas hasta que te deshidratas, si no te ahogas antes.
Pero cómo, cómo puedo decirte todo esto, si todo esta en contra de que lo haga. El chico que ahora ocupa tu lugar, los besos que no son así, tan…inexplicables y etéreos. Nuestras bromas secretas, los roces disimulados de pupilas. La lluvia baña el suelo de Valencia, esas calles que esconden para siempre nuestra historia.
Vivíamos escondidos en las alcantarillas, a oscuras me aprendí cada pliegue de tu piel. Tu voz ya no suena como antes, sin ese acorde inexistente que manejabas a la perfección.
Nada ha vuelto a ser igual, solo contigo mi desnudez era algo natural, y me tapaba con tu saliva, sin este frío interminable que no me deja respirar, que siempre invade mis pocos metros cuadrados, y solo deja escarcha y carámbanos de hielo.
Y luego, la luz del día era insoportable. Dejé de tolerarla, y me exponía al sol poco a poco, intentando acostumbrarme de nuevo a algo que no fueran tus brazos, los ojos cerrados, intentando escapar del sueño y sentir un poco más, pegarme a ti, hasta hacernos siameses en esa descomunal cama que no llenabamos con carne, solo con sueños y palabras infinitas.
Todo, y después nada. Como siempre.
Pero quién puede obligarme a olvidar, si fue tan mágico. Forma parte de mí, como las baladas de Sinatra que escuchábamos escondidos en algún mundo paralelo.
Nunca, jamás, en absoluto. Somos únicos, eternos. Puedo escribir sobre ello una y otra vez, y en mil años todavía seré capaz de encontrar adjetivos nuevos con los que definirnos. Pues nada se aproxima a nada.
Y qué decir de los libros, las poesias de Benedetti que solo tú entendias, y solo tú recordabas. Me enseñaste a volar y yo me dejé hacer, y cada noche, lección nueva de vuelo.
Me despegaba lentamente del suelo, primero con pasitos cortos hacia arriba, y luego me acostumbraba a la sensación de estar flotando. Eramos aire, habiamos nacido para ello.
Me seguias, y luego acelerabas, me cogias de la mano y pronunciabas mi nombre con B. Luego se te olvidaba hasta el tuyo, y no sabias ni quién eras. Y solo a ti se te retorcian los dedos de los pies cuando acariciaba tu ombligo.
Ahora soy una polilla, buscando de noche en noche a algún vampiro extraviado que sepa cómo y dónde me siento mariposa.
Debimos haber parado a tiempo. Nunca funcionan las relaciones de pasillos interminables y luces y apagones, y clases de engaños amorales, cuando mentíamos y el morbo que daba tener a todo el mundo bajo el ala hacía crecer aquello que nos unía. El amor no existe. Pues entonces, fueron imaginaciones mías.
Eras mi profesor de vuelo. Y yo volaba y tomaba apuntes, y tu me hacias sentirme más adulta y experimentabas conmigo como si fuera un patético conejillo de indias. Y yo aprendía, y me dejaba engañar por tus alas enormes que escondian algo que no tardé en aprender.
Es jodidamente genial vivir en un mundo imaginario, creer que sientes algo, y sentirlo, y pensar que no solo es contacto cuerpo contra cuerpo, sino que vuestras almas, joder, otra vez las almas, estan en contacto, y hacen exactamente lo mismo que nosotros bajo la manta, pero varios metros más arriba, en otra dimensión. Pues hay muchas. La nuestra, la que podríamos haber alcanzado si hubiesemos seguido con las clases de vuelo, y la verdadera.
Ahora, estoy en esta última. No por mucho tiempo, te lo prometo. Encontraré a otro profesor, mejor que tú, espero. Pero esta vez no volaré. Me arrastrare por la tierra, y comeré bichos bola, y me revolcaré por el barro y la hierba. Ya no hay alas. Y es algo que no voy a recuperar, pues por mucho que lo intente, la polilla se ha convertido en un simple insecto más. Adios, nubes, hola avestruces.
Pero bueno, mi secreto es que ya no t` estime. Porque olvidarte, no. Y dejar de pensar en ti, tampoco. Pero sí puedo extirparte de mi corazón, o interrumpir la reacción química que me atrae hacia ti a base de alcohol y hostias. Y eso hago, beber y hacerme daño. Como si no doliese lo suficiente tener que caminar con los pies.
Tal vez te siga necesitando, pero no de esa manera.  Pero tú, y un montón de plumas apiladas en la estantería, sois el único hilo que me une a aquello. A ese pasado tras el cual cerré la puerta para siempre.
A quien quiero engañar. Para siempre, no.

domingo, 17 de abril de 2011

Again.

-Entonces, ¿están saliendo otra vez?
-Sí.Tía, no sé que hacer.Me apetece decirle la verdad, que no tenía que haber cortado con él.Soy así de gilipollas.
-Relájate.Lo dejarán.
-¿Nos vemos este finde?
-No creo que venir a verme sea una buena idea.A él no le caigo bien.
-Ya, tienes razón, pero..
-No pasa nada.Habla con él, o espera a que lo dejen.No te queda otra.
-...
-Tengo que colgar.Ánimo,chiqui.Chao.
Deja el teléfono encima de la mesa, y lo mira con odio.Otra vez.No hay forma de entender lo que quiere este chico.
Ahora que las cosas iban bien y parecía que se gustaban, él se da cuenta de que quiere volver con su exnovio.Y ella, hace de tripas corazón una vez más, y piensa, "tampoco esperaba nada de él.." cuando estaba deseando verle el viernes y beber whiskey con fanta y fumar hasta explotar de la risa. No importaba.Nunca importa nada.Y enciende un cigarro,y se sienta junto a la ventana, tras la cortina, mirando a la gente desde arriba y pensando en si escupirle a alguno de ellos, y escuchando canciones tristes en su iPod.Lo de siempre.
Estaba agotada de estudiar, sobre todo, porque nada la volvia loca.Había dejado de obsesionarse con las cosas desde que cumplió los dieciséis, y poco a poco, se hacía más adulta y menos niña, aunque juró que nunca se pasaría "al otro lado", y que su sonrisa iba a ser permanente, que hasta en su cadaver disecado en alguna facultad de medicina, los estudiantes podrían verla y sonreír a su vez.
Luego llega el sueño,y sabe lo que pasará el día de mañana.Todo para olvidar.Beber antes de ir a clase, para no morir de aburrimiento, y luego comer en el Mac.De merienda, empacharse a galletas, fumar maría hasta marearse, volar, vengarse de su mejor amiga por ponerla celosa.De noche beber, perder el conocimiento entre tragos de copas ajenas, chutes de etanol en vena que la hacían ser capaz de todo.¿Y luego qué?¿Dónde le llevaria todo ese desfase absurdo? ¿Acaso había dejado de tener límites? Además, cada vez se sorprendía más a si misma. Noches de sexo desenfrenado y poco placentero con chicas adolescentes con ganas de marcha.Luego, por la mañana, llevarlas al colegio,como no.¿Qué más?Líos con profesores, vandalismo, manifestaciones y anarquía.E intentar cambiar era inútil.Esta bien como estaba.Nunca importa nada.
Y luego, empezar de cero.Ahora ya no tenía miedo.Fuese lo que fuese, lo peor que podía pasarle era eso, el ser ella misma en un contexto equivocado.Y lo fácil que sería si él...pero esa es otra historia.
Apaga el cigarro contra la pared, y lo tira por la ventana.Uno más para dejar todo esto.Rematemos la faena.Se acuesta, y se masturba salvajemente, ignorando el dolor, y apretando los ojos con fuerza para no pensar en él.No.No.No.Y no.Nada.Más tiempo perdido.Y cierra los ojos, y se duerme.Mañana será diferente, y sueña con eso.
Ahora ya no tiene miedo, de momento, solo está soñando.

sábado, 26 de marzo de 2011

ilargia...

El mundo dejaba de moverse cuando ella estaba cerca. El norte abandonaba su rumbo, y se iba a dar una vuelta. Nada tenia sentido, aunque yo no intentaba buscarlo, pues no veia mas que  su estúpida sonrisa disolverse entre el humo. Encajaba demasiado bien, y la luz se hacia más tenue, mientras mis latidos perdían frecuencia.
La quería, y desde hacia mucho, aunque lo había descubierto solo hacia unos instantes, cuando por fin perdí el miedo a enfrentarme a ese sentimiento absurdo que se ahogaba entre calada y calada. ¿Qué soy yo sin ella?

sábado, 19 de marzo de 2011

Sencillamente...


Bestias






Volvemos a encontrarnos,querido J. Apenas has cambiado desde la última vez que nos vimos, en aquel cuartucho diminuto donde enredabas las horas alrededor de tu reloj de muñeca. Llevas el pelo mas largo e igual de despeinado, y la camiseta de tu grupo favorito que tu jersey no ha conseguido ocultar del todo. Sabía que te la pondrías. Estás nervioso, e instintivamente te limpias el sudor de la cara con la mano. Me miras, expectante, sorprendido, como si fuese una desconocida,y no yo,  la que esta apoyada en la puerta, intentando analizar tus gestos entre el vaho que sale de mi boca y se mezcla con el humo del cigarro, ya casi terminado, que apago con un dedo y aplasto al pisar, mientras doy un frágil e inseguro paso hacia ti.
Luego otro, otro. Puedo olerte. Inspirar el dióxido de carbono del aire que acabas de expulsar. Se me eriza la piel al estar solo a unos centímetros de tus manos, congeladas, como las mías.
Esperas, concentrado en algun charco del suelo, y sin mirar apagas el volúmen de tu iPod y mueves la cabeza para dejar caer los cascos. Intento meterme bajo tu ropa con la mente, entrar en tu cuerpo, sentir lo que sientes e incluso, adivinar tus pensamientos y pensarlos como si fueran los míos.
Pronuncio tu nombre en un intento absurdo de disimular el silencio, pues ninguno tenemos nada que decir. Ha pasado mucho tiempo. Tienes más años, más experiencia,y estas decidido a no cometer los mismos errores. Y aun así percibo tu deseo de tocarme, es algo inherente a ambos, como si tu piel estuviera hecha para estar en contacto con la mía, y nuestras bocas en simbiosis dieran sentido al universo. Levantas la mirada, y la apoyas en mi, la noto en mis hombros, recorriendo mi espalda, desgarrando mis tripas y finalmente, matas cada célula que me forma con tus ojos. Me odias. Fui una ilusa al pensar que podías haberme perdonado por haberte dejado sin más, sin dar explicaciones. Pensé que sería más fácil, y me equivoqué, aunque ya era demasiado tarde para enmendar mi error, y solo podía elegir el camino que ya estaba recorriendo.
De repente, sonries, y el dolor y la tensión desaparecen. Vuelvo a sentir lo mismo. Me embrujas lentamente, y primero pienso que eres adorable, tierno como un cachorro, y despiertas mi instinto maternal. Luego me invitas a un café en tu casa, y acepto, como no. Me preguntas por mi vida en estos dos años que hemos estado separados. No he tenido nada con nadie. Se que te refieres a eso. Relaciones esporádicas con gente esporádica. Repeticiones y fallos comunes. Se me cae una gota de café en la camisa, y me sonrojo. Te sudan las manos, y las limpias con los vaqueros, mientras hablas mirándome fijamente, para que no me de cuenta. Finalmente, apoyo los codos en la mesa, y dejo caer mi cabeza en mis manos. Me paso los dedos por el pelo, más largo que entonces, y el recorrido se hace interminable. ¿ Qué estamos haciendo, J? No respondes, y sigues ensimismado, en algun mundo que no me pertenece. Y ya no hay nada mas que decir, y solo puedo abrazarte, aunque primero me cuesta separar tus brazos rigidos de tu cuerpo. Y luego me envuelves con ellos, y me siento incómoda, tu prisionera, y no me sueltas. No hay tiempo para jugar ni apartarse, aunque tenemos toda la tarde por delante. Ya no hay nada, no podemos aferrarnos a nada, ni pensar en nada. Vacío total. Y me dan arcadas al pensar que tu saliva de nuevo forma parte de la mía. Pero mi cuerpo parece estar en desacuerdo, pues responde más a tus manos que a mis pensamientos, que pronto se agotan, y jadeamos, y me siento de nuevo como un animal salvaje, sin ningun tipo de proteccion propia de los seres humanos, sin palabras ni caricias. Duele, más que nunca, aunque ya no distingo el dolor físico del emocional. Me muerdes, y todo el placer que describen los libros y las películas se desvanece. ¿Qué pasa cuando no te han instruido para dar los pasos adecuados? No haces el amor, matas. Te olvidas de que tienes que dar placer, y te envuelves con mi pelo, protegiendote contra mis dientes ansiosos de carne. Ya no somos dos, nos hemos convertido en una masa de fluidos y tejidos derritiendose poco a poco. Lentamente. Empiezo a olvidar esos dos años. Y somos otra vez esos adolescentes que no saben jugar, que siguen reglas inútiles y tienen miedo de entregarse por completo. Porque perder el autocontrol significa someterse a alguien, y el orgullo es demasiado intenso, incluso cuando no se trata de aparentar en el día a día, sino de aparentar en el noche a noche.
Balbuceo palabras. Siento. Pronuncias mi nombre una y otra vez, por decir algo, por llenar tu boca y no tener que besarme, pues no quieres, solo hacerme daño. Pero el dolor ha dejado de importarme. Y cada vez menos, hasta que noto que no puedo abrir los ojos. Mis párpados se han pegado, y hago un esfuerzo para separarlos, arrancandome las pestañas una a una.Lentamente. Mis manos estan llenas de sangre, y un escalofrío me paraliza al verte arrodillado ante mi, con las mejillas rojas, como si volviesemos a la etapa mas primitiva del hombre, a la prehistoria. Tu garganta emite un grito desesperado, aullas en busca de venganza. Y esa mirada extraña que me parecio un simple juego de luces, se va haciendo más y más visible, y fría, hasta que tus ojos grises se empañan con mi aliento, y te olvidas de pestañear y me sigues mirando. Ahora ya no juegas. Ansio acabar con todo, correr, taparme, pues estoy desnuda y desprotegida. Pero no me muevo, quiero llegar al limite, descubrir hasta donde eres capaz de llegar. Y me arrepiento cuando ya es demasiado tarde, y llevas mi intestino de bufanda. ¿Dolor? Veo mis brazos caer, cansados de empujarte e intentar detenerte en vano. ¿Estoy de pie? ¿ Tumbada en el suelo? ¿ Soy un cadáver ya? Sé que estoy sonriendo. Y odias mi sonrisa. Te chorrea el veneno por las comisuras de los labios, y ya no eres humano. Un vampiro, una serpiente, una bestia atroz que solo quiere devorarme. Y luego quemar mis restos en una pira fantasmal.
Probablemente, intentaras comunicarte con mi espiritu y pedirme perdon, como hice yo, y colgarás y miraras el teléfono, sin saber muy bien por qué estas haciendo todo esto. Y luego, más y más vacío. Como si no hubiese pasado nada. Incluso puede que te sientas culpable, pero lo dudo, en cuanto mis labios se tiñan de azul, habrás perdido lo poco humano que aun te queda. Te quitarás el jersey, y me envolverás con el, y te limpiaras mis restos de la cara. Te beberás lo que queda de mi café, para limpiarte la boca y disimular el sabor a sangre y a mí. Y luego, pensarás que has acabado conmigo, y  que nunca más volvere. Aunque en el fondo, sabes que yo siempre me anticipo a tus pensamientos.

jueves, 27 de enero de 2011

Volar.

Nada cambia.
Cuando hace sol en invierno, me voy al parque, a leer a Nietzche mientras chupo un caramelo de miel y limón para la garganta. Todo bien, hasta que llega un momento en que mis ojos se desvian sin querer del rumbo que marcan las palabras.
Recuerdos, recuerdos, recuerdos. Másmenos infinito de recuerdos. Es imposible librarse de ellos, sobre todo cuando intentan colarse a traves de la rigida barrera que has tardado años en construir,entre tus emociones y el resto del mundo. Crees que estas enamorada, luego piensas que no, luego algo falla,y finalmente, te convences de que no lo estás. Y deja de llover, y vuelta a empezar. Es tan difícil organizarse. Por la mañana, pensar en él, en todo lo que pasó,en como sacarlo de tu vida y al mismo tiempo salir ilesa. Al mediodia, concentrarte en el deber de matemáticas. Y por las noches, fantasear con tu actor favorito. Es fácil. Pero siempre es más complicado de lo que parece.
Y cuando empiezo a contradecirme, todo vuelve a la normalidad.
Nada cambia.
Ni mirarnos sin saber que decir.Ni hablar sin mirarnos a los ojos.Ni estar en silencio,tratando de averiguar lo que piensa el otro.Ni buscar cualquier indicio de que queda algo entre tanto odio.Ni tratar de olvidar todo el dia, para soñarnos mutuamente por las noches. Creo que tú tambien compartes mi problema.
Nada cambia.
Ni siquiera hemos empezado a vivir de verdad.Ni tú con tus muchos, ni yo con mis pocos, aunque la edad es simplemente un dato para aportar objetividad a las vidas.Un "algo" que esta ahí, que no permite cambios, solo mentiras.
Nada, nada, nada cambia.
Clases, libros, musica, cine, ficcion, amor, sexo de vez en cuando, y lagrimas de vez en mucho.
Estoy tan cansada.
Creo que voy a aprender a volar.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Por amor al arte.

El teatro estaba abarrotado de gente.Los pasillos iban a reventar de un momento a otro,y casi podía oír crujir las paredes.No había forma de abrirse paso,y cada vez entraba más y más gente.Parecía que toda la ciudad se encontrara allí,y se confundía en una mezcla confusa de pinturas y apariencias amontonadas.La obra que íbamos a ver no era muy buena,una vieja versión del Mercader de Venecia,pero los actores eran conocidos,y yo tampoco tenía nada mejor que hacer.Así que gasté mis últimos ahorros en la entrada,y me preparé para lo peor.
Todos iban muy arreglados,las mujeres llevaban vestidos de fiesta,los hombres,sus trajes de domingo.Todo estaba impecable,las cortinas de terciopelo cubrían las ventanas cerradas.Una vez intenté abrir una,pero eran tan antiguas que no conseguí descubrir como hacerlo.Hoy en día todo es mucho mas fácil,basta con apretar un botón,y se abren miles de ventanas ante ti.Y también es suficiente con una sonrisa falsa y un par de palabras archipensadas para que también se abran todas las puertas.Y la vida no es complicada,siempre y cuando seas una máquina perfecta.Cuando entra algún pensamiento extraño,deja de funcionar al mismo tiempo que todo pierde su sentido.
Nunca me ha dado demasiado miedo desentonar,pero preferí no llamar la atención,así que yo y mis vaqueros desgastados nos apoyamos en la pared de la esquina.Saque el móvil,y comprobé la hora que era.Todavía faltaban varios minutos para el comienzo,y hacia algo de frío. Me quedé contemplando el techo de la sala,pintado por algún maestro del pincel, ya que cada detalle insignificante de la vorágine de ángeles y nubes que había representado,tenía algo de especial.
Me considero un aficionado de la pintura, pero algo sé, sin embargo,y mis noches en vela pintando no me las quita nadie.Por eso se distinguir entre un buen pintor y uno mediocre,y lamentablemente,pertenezco a este último grupo.
Mi criterio es simple,un buen pintor es el que pinta.Un mal pintor hace de todo, menos pintar.
Por lo que a mí respecta,cogí el pincel por primera vez siendo aun muy pequeño.No fue la típica historia en la que la abuela le regala una caja de pinturas a su nieto,y este se convierte en Dalí.Me gustaría que fuese un poco más pintoresca,nunca mejor dicho,pero no puedo hacer nada,y menos reinventar mi vida para que parezca mas interesante.No recuerdo muy bien como fue,pero en mi mente hay nubes,lluvia,y nada interesante que hacer.Y entonces yo cojo los lapices del colegio,y empiezo a dibujar.Y desde entonces no he parado.Dibujo personas desproporcionadas,con cabeza de huevo y los brazos demasiado largos, y siempre inspirándome en los protagonistas de los cuentos que me leían antes de acostarme.Aprender a leer me permitió acceder a un mundo lleno de historias y  desvaríos de gente casi menos importante que los personajes que pueden llegar a crear.Pintaba a Don Quijote, a Ofelia,tambien al ayudante de Sherlock Holmes...
No era demasiado bueno,y pintaba porque me aburría.La mayoría de las cosas las hago por aburrimiento.Fumo porque no tengo nada mejor que hacer,leo libros estúpidos,porque me aburro.Es triste,pero ultimamente todo parece serlo.
De todas formas,todo iba rumbo a la locura,hasta que la conocí,y caí en ella.
No a la locura,esta claro,sino a Lea.Siempre he creído que Lea era la mujer de mi vida.No solo porque conseguía hacerme sentir el tío mas interesante y guapo de este jodido planeta,sino también porque ella lo era.Y no tardó nada en irse,eso si.La vi por ultima vez escondida en algún rincón de la estación de Valencia,cuando yo estaba a punto de coger el tren que me llevaría de vuelta a Vitoria,y también,lejos de ella.
Se que es triste pensar así,pero nunca me he sentido tan compenetrado con nadie.Compartiamos gustos,ideales,y aunque era totalmente distinta a mi,era como si estuviéramos hechos de la misma madera.
Cuando no podía dormir,la llamaba,y podíamos pasar horas enteras conversando sobre nada en especial,y solo su voz,un poco ronca,me devolvía la fe en mis manos.Y pintaba paisajes de colores invertidos,mi mente desconectaba de la realidad,y parecía que fuera mi subconsciente quien guiara el pincel.Sus ojos grandes y tristes se llenaban de color en mis dibujos,y su piel tenia un tono añil.Toda ella era de ese color.
Nunca teníamos tiempo para estar juntos,había demasiado mundo entre nosotros,pero ni siquiera eso llegaba a ser un obstáculo.Me bastaba con escaparme alguna tarde para verla,aunque al día siguiente tuviera el examen mas importante de mi vida.La besaba,me veía reflejado en sus pupilas dilatadas,y volvía a irme.Por aquel entonces hacia cosas así de absurdas.Nunca se sabe hasta donde puede llegar un adolescente enamorado,y aunque yo siempre pensé que sabia donde estaba mi limite,cada vez me sorprendía mas de la intensidad bestial con la que sentía,y cada vez más,hasta que mi mente se colapsaba,y solo podía pensar en ella.Ella como objeto idealizado,no como mi novia.No como Lea,esa chica dulce y sin pelos en la lengua,que te podía arrastrar con ella en un torbellino de emociones,para luego dejarte caer,exhausto,y decir "te quiero",y mirarte de una forma tan tierna,que tus rodillas temblaban,y te sentías impotente y casi feliz.
Hasta que finalmente,me marché a Vitoria,y ella se quedó en Valencia,sin prometerme nada,sin discursos de despedida,ni largos paseos para recordar.
Me encontraba completamente ensimismado,cuando dieron el aviso de que la obra estaba a punto de empezar.La gente empezó a amontonarse y nerviosa,como si alguien fuera a ocupar su sitio,buscaba el numero de sus asientos,sin reparar en nada ni en nadie más que en sí misma.
En medio de todo ese jaleo,había una niña.Era bajita,tendría unos once años,y los ojos mas bonitos que había visto en mi vida.Llevaba una chaquetita roja,y un gorro gris en la mano.Parecía perdida,y no paraba de dar vueltas y vueltas sin moverse del sitio,como si estuviera buscando a alguien.De repente,su mirada se cruzo con la mía,y una sonrisa siguió a la expresión confusa de su rostro.Decidida,se acerco a mí,y yo intenté hacerme el distraido.Pero no sirvió de nada,me cogió del pantalón,y estiro de él,hasta que no tuve mas remedio que bajar la mirada.
-Perdona,perdona,¿me puedes ayudar?
-¿Que pasa,niña? ¿Te has perdido?
-Estoy buscando a mi hermano...Es así de alto.Lleva una chaqueta de cuero marrón.¿Lo has visto?
La miré más detenidamente.Realmente parecía preocupada,y se mordía las uñas impaciente,como si yo no fuese más que un chiquillo molesto que había venido a hacerle perder el tiempo.
-¿Lo has visto o no?
-¡No,no! No lo he visto,pero puedo ayudarte a buscarlo.¿Como te llamas?
-El se llama Holden.¿Le conoces?
-No,no le conozco.¿Como te llamas tú?
-¿Yo?-me miró,como si la pregunta que le había hecho fuera insignificante.
-Si,tú.
-Phoebe.
Su tono de voz cambió nada más decirme su nombre,y se apartó un poco de mí,empezando a desconfiar.Me daba pena perder a una niña tan simpática,y me apetecía distraerme un poco,así que le sonreí,y le prometí que encontrariamos a su hermano.Volvió a mirarme con esa expresión alegre y sincera que tenía al principio,y me cogió de la mano.
-Me ha dicho,quedate aquí,necesito hacer una llamada.Y se ha ido.Y desde entonces,no se nada de él.
-¿Y eso cuando ha sido?
-Hace media hora.
Seguimos caminando,ahora en silencio.Me había puesto de veras a buscar entre aquel gentío a un chico con una chaqueta marrón,pero no era mi día de suerte,y la niña estaba a punto de llorar.No estaba acostumbrado a tratar con niños,así que me sentí inseguro.No sabía ni por donde empezar.Y ella cada vez tenia los ojos más mojados.
-Phoebe!
Nos giramos los dos a la vez.Ella me soltó de la mano,y corrió hacia el.Yo me quedé quieto,mirando como se abrazaban,y el le arreglaba el pelo,y le cogía el gorro.Luego,le preguntó algo,y ella me señaló.Fue la primera vez que nos miramos.Vaciló durante un instante,y dio un par de pasos en mi dirección.
Era el chico mas extraño que había visto en mi vida.Era un poco más alto que yo,y parecía ahogarse entre los pliegues de una chaqueta de cuero enorme.Tenia una expresión severa,y al mismo tiempo burlona.Su mirada no expresaba nada,pero poco a poco,mientras se iba acercando,note cierto agradecimiento por haberle devuelto a su hermana,aunque el intentaba disimularlo.Cuando estuvo frente a mi,se sacudió el pelo con la mano,y se dio la vuelta para ver donde estaba Phoebe.Luego,me habló.
-Así que tu eres el héroe que ha salvado a mi hermana.
Me sentí estúpido.
-¿Qué?
-Nada.Gracias.Te debo una,si quieres,te pago la cena.Tengo pasta,mi abuela acaba de enviarme trescientos pavos por mi cumpleaños,y todavía guardo el dinero de la navidad.
-¿Qué?
-Nada.
Nos quedamos mirándonos,yo,aturdido,y el cada vez con una sonrisa más amplia.
-No importa.Ella se acerco a mí y...
-Claro que sí.Es mi hermana.Mi hermana importa.
-No te digo que no,pero..
-Entonces,hecho.Te invito a cenar.Nos vemos en la puerta del teatro al acabar la obra.
-Va a ser una mierda.
-Que va.No hay mas que fijarse en toda esta gente estúpida,sus caras son un cuadro,son casi mejores que la obra.Fíjate en ellos y veras.
Luego,se dio la vuelta,cogió a Phoebe por los hombros,y se marcho de allí,mezclandose con las mil personas que llenaban aquel recinto.Me arrepentí al instante de haber sido tan patético,y una vez acomodado en mi asiento,empecé a cavilar y a pensar en lo que había pasado.Me sentía como en otro mundo,y realmente,el chaval me había impresionado.Era como de otro planeta,y no por como hablaba,sino...su forma de caminar,como te miraba y alargaba el brazo como si fuera a acariciarte,y luego lo dejaba caer a medio camino."


Continuará... 

Ellos.

-Nunca comen,nunca duermen,y nunca mueren.Siempre están hambrientos,y con ganas de matar.Viven y se alimentan de tus ganas de vivir,y se reproducen entre ellos en tus entrañas.Abrazan tu mente y la esclavizan,la atan a una nada inmensa,besan tus dudas,y las alimentan de ilusiones.Asesinos en serie,son pequeños al principio,pero luego crecen,se hacen mayores,se hacen miles.Y entonces,no tienes escapatoria.Te encierran en tu habitación,te rompen los huesos,te hacen incapaz de todo.Ensombrecen tu vida hasta borrar cualquier luz,y luego la rompen en mil pedazos.Y ese frágil corazón,el corazón que late no,el otro,el de los sentimientos,lo hacen trizas.Ingieren cada célula que lo forma,se las beben,se las fuman,juegan con ellas,las transforman en papel,e imprimen en ellas la foto de su gobernador.
La única forma de librarte de ellos,es,al menor indicio,porque sabes que están ahí,sabes que te observan,y aprovecharán el momento,sabes que te espían por las noches,se esconden en la leche de tus cereales,en los ronquidos de tu perro,en los nudos de tu pelo al despertarte.Lo único que debes hacer para librarte de ellos es,matarlos antes de que te destruyan.Debes arrancarles la cabeza,tirarla por la ventana,cubrir su cuerpo de aceite,y quemarlo.La violencia esta asegurada,no hay forma de librarse de ella,pero en realidad,la vida en sí es dolor,si no el tuyo,el de alguien cercano,y si no,cercano a este.Así que en cuanto veas uno,no lo dudes,utiliza cualquier utensilio que tengas a mano,pero deshazte de el.

-Pero,quienes,dime,¿quienes son?

-Tus miedos.