Frío.

Tampoco tengo elección.
Hace tanto frío que mi chaqueta de lana parece una broma absurda.Tengo miedo,la locura tiene su atractivo al fin y al cabo,y toda esta gente que me atraviesa tiene tan poco sentido,que temo ahogarme entre sus delirios ordinarios,que en cuanto desaparezcan,me dejarán desnuda,sin ropa ni adjetivos,cara a cara conmigo misma,y con el resto del mundo que ni se molesta en intentarlo.
Hay tantas cosas que no sabes,simplemente porque estas tan pendiente de representar tu papel de rebelde incomprendido,que ni te das cuenta,y me dejas con un billete de ida entre las manos.
Me siento menos niña,aunque mis actos son cada vez más infantiles. Pierdo el escaso juicio que tengo,y me tiemblan las manos,tal vez por el frío,o por la emoción de formar parte por primera vez de la basura de las calles silenciosas. Soy una vagabunda,un cero a la izquierda,no me importa nada,y la nada me corresponde.
Me he unido al club de los fracasados solitarios y resentidos que se esconden tras el humo del nihilismo contemporáneo. Hace mucho,mucho frío. Si Freud quisiera acompañarme en este baile de sombras,me acusaría de neurótica,de hambrienta,cuya única felicidad consiste en un plato caliente. Y tendría razón,estoy enferma de sueño, de tristeza, me apunta de pleno Morfeo con sus balas de calibre infinito. Supongo que trato de imitarte. Creo en ti,aunque no te lo merezcas. Debería confiar menos en mis confusos sentidos,pero no he matado ni una mosca en mi vida, no sabría ni por donde empezar a destruir esta fe ciega que quién sabe cómo ha conseguido proliferar entre mis células.
No te creas ni una palabra,mi segundo nombre es Supertramp,aunque quizá esto también sea mentira.
En fin,hace tanto frío...creo que la única soledad que puede hacer que te sientas bien,es la soledad elegida,aunque a veces,ni eso...