¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?

- No entiendo como los humanos no miráis nunca el Sol.
- Es fácil.Si lo hacemos,se nos queman las córneas.
- Pues os perdeis algo increible...
- Nos perdemos muchas cosas.Estamos demasiado ocupados con lo urgente,para darnos cuenta de lo importante.Y la luz,la libertad de poder respirar,los pasos que damos,nada tiene valor.Nos creemos con derecho a pronunciar las palabras equivocadas,a bailar con la rutina,y nos olvidamos de ser felices...
- Debe de ser muy triste vivir así...
- Sí,pero ahora, silencio,el loco va a hablar.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Uno de tantos...



Vías de extinción.


Han pasado tantos días,y nada ha cambiado.Me siento frente a la hoja en blanco y empiezo una batalla cruenta,con la escasa inspiración que tengo de testigo,y siempre pierdo.No sé escribir si no esta él.
Luego,me meto en la cama,y a veces lloro.Normalmente,me quedo mirando el reflejo de las farolas en el suelo,buscando formas imposibles mientras me dejo atrapar por los recuerdos.Mi corazón se mece al ritmo del tictac del reloj y,cuando el silencio se hace insoportable,evoco palabra por palabra viejas canciones de Sinatra y me siento un poco mejor.Pienso en que esos instantes son solo míos,y me doy cuenta de que respiro,y a veces,pienso en la muerte.En lo que sentiría mi madre al verme desplomada en medio de la calle,pálido y tembloroso.Supongo que todos llorarían durante un par de meses,y luego sustituirían mi muerte por algo relativamente importante.Cuales serian mis ultimas palabras? Un tequiero,quizá,o puede que no dijera nada.Me quedaría mirando como todo el mundo enloquece a mi alrededor.
Llega un momento en el que no aguanto más.Dejo mis miedos a un lado,y los cubro con la manta,mientras busco a tientas el paquete de tabaco que escondo bajo el colchón.Prometí que lo dejaría.Pero todavía no hay remordimientos:llegaran mañana.
Solo quiero sentirme bien y disipar la absurda tristeza que sin saber como se ha deslizado a través del cristal de la ventana y se ha hecho un nido entre mis pestañas.La imagen es tan bonita que cierro los ojos e inhalo exageradamente el humo del cigarro.Me gusta sentirme así,frágil,al borde de la locura y casi rozando la bohemia.Me siento inspirado,quiero escribir.Pero vuelvo a pensar en él y esa puerta que parecía estar abierta se cierra con un ruido como melódico,como si dijese,"lo siento muchacho,otra vez sera".
Y entonces dejo de resistirme y vuelvo a verle.
La estación esta abarrotada de gente,y le busco con la mirada entre la vorágine de personas que me confunde.Creo distinguir su gorro gris entre la gente,y camino mas rápido,hasta echar a correr,y casi siento lo mismo que en aquel momento:ansiedad,miedo,ganas de verle y al mismo tiempo de marcharme.Pienso que hoy no es mi día,no he dormido en toda la noche,y estoy a punto de dar la vuelta y volver a subirme al tren,pero ya me ha visto.Sonríe,y yo sonrío.Y ya nada importa.Ni la gente que se estrella a nuestro alrededor,ni las discusiones con mi padre,ni la luz del sol siquiera.Me besa,y me siento aquí,y no quiero estar en otro sitio.
Me coge de la mano y entramos en su coche.Conduce sin pronunciar palabra,mirando al frente,y pongo un CD.Escuchamos en silencio,y se que no hace falta decir nada,que estamos en sincronía,compartiendo un mismo estado de ánimo.
Ahora entiendo que me callaba los tequieros por miedo a hablar demasiado.Nunca dijimos lo suficiente,pero añoro esos momentos.Sentirme ridículo cuando me dice algo sobre mí,y no saber que hacer con mis manos cuando aparca en doble fila para darme un abrazo,sin ms.á
Llegamos justo antes de que comience la obra.Me dice "vamos a violar a Ofelia" y se ríe,y yo no lo entiendo,por eso hago como que estoy concentrado buscando nuestros asientos.
No,la obra no iba a ser buena,aunque los actores sean conocidos y entre el publico este la mismísima mama de Tarzán.Desconecto enseguida,y me doy cuenta de que él tampoco las tiene todas consigo.Pasa algo,estoy seguro.Pero prefiero ahogar ese sentimiento de inquietud antes de que sea imposible hacerlo y le pregunto si todo va bien.
Sabía la respuesta.Lamento haber abierto la puta boca y le doy mil vueltas a aquel instante,pensando en "cómo" en "por qué" y sobre todo en "y si...".
Pero es demasiado tarde.Me mira con esos ojos grises que siempre me habían intimidado tanto,y me estremezco.Me siento como si alguien hiciese fuegos artificiales con el poco sentido común que me queda.
El me pregunta si tengo frío,y me da su chaqueta.Susurra algo sobre que en Vitoria hace demasiado frío,y esa es una razón mas para... "¿Qué?" respondo,sin pensar,y él no dice nada,y me coge  de la mano para sacarme de allí,ignorando las miradas de reproche que nos lanzan.
Damos un paseo,y mientras él habla,yo me distraigo mirando el aire congelado que sale de su boca en forma de humo,como el que escapa de entre mis labios ahora y se confunde con el viento.
Llegamos a un parque y nos acostamos sobre la hierba,escuchando música y fumando,mientras de vez en cuando dejamos caer algún comentario sin importancia sobre como había ido la semana.
A partir de entonces,todo se vuelve confuso.Los momentos bailan,se emborronan,se acosan y hacen el amor.Y el amor los hace a ellos.Aun ahora sigo sin haber descifrado el sentido de todo aquello,y mis cuerdas vocales se destiñen en forma de signo de interrogación.Los besos remojados,su olor en mi ropa,sus nudillos en mi nuca,el forma parte de mí,y dejo de creer en todo lo demás mientras se hace presencia de mí mismo.

Todos los temas estaban hablados,las canciones,cantadas,y no hacíamos mas que repetir una y otra vez las mismas ideas,cambiando palabras de vez en cuando para no caer en la rutina.
Me sorprendió cavilando en todo esto cuando,de repente,despegó sus labios de mi cuello y me dijo que teníamos que hablar.Fue mi sentencia.
Pero yo,aunque me olía que algo no iba bien,no tenia otra alternativa,así que me levanto y le sigo,y la poca luz de luna que iluminaba el parque no era suficiente para acallar mi tristeza.
Nos sentamos junto a una fuente,y me dice que quiere regresar a Valencia,y también que yo me fuera con él.
Acabo todo.Quise creer que podría,que iría con él,como cuando quedábamos y yo sabía que no vendría,y aun así me hacía miles de ilusiones que acababan en nada.
Me marché.Y él también.Yo del parque,y él de Vitoria.Y nos marchamos mutuamente de nuestras vidas.

Vuelvo al mundo real antes de empezar a barajar todas las posibles alternativas y abro la ventana para dejar salir el humo.Hace frío y no sé si es por el viento helado o por mi viaje al pasado,pero no me muevo,mirando como se me pone la piel de gallina,cuya razón también desconozco.
Ha pasado tiempo.He vuelto a tener alguna que otra relación irrelevante,y ya casi no pienso en él,solo por las noches,cuando es inevitable comparar este silencio con aquel que nos unía.
Me cambio completamente.Cuando le conocí,sentía tanto que necesitaba expulsarlo fuera de mí para no ahogarme en un monólogo de emociones.
Empecé a escribir,y se me daba bien.Gané algún que otro premio,y publiqué mi primer libro de cuentos con dieciséis años.
No es difícil imaginar como ha acabado todo aquello.En una pagina del Word vacía,o varias hojas con palabras sin más,sin sentido ni nada lógico,como un cuadro abstracto pintado por un mal pintor.
Empezaron los mareos de mi padre,hasta que tuvo un derrame cerebral.Todo era demasiado real para mí.Yo quería un sueño,una vida etérea haciendo exactamente lo que quería hacer.Pero siempre acabas chocando con alguna esquina,y la mía no fue precisamente de las más blandas.

Quiero irme.Me veo delante de mí,abriendo el cajón,cogiendo una bolsa y llenándola de trastos viejos e inútiles.Luego,me deslizo entre las sombras,intentando no hacer ruido y aguantando la respiración al pasar frente a la puerta del cuarto de mis padres.
Cierro la puerta y bajo corriendo las escaleras,y sigo corriendo,no paro hasta llegar a la estación.Compro el billete para el primer tren que va a Valencia,y ahí esta el,esperándome,con su cazadora de cuero desgastado tirada encima de los hombros.
Me sonríe,como siempre,y volvemos a girar y dar vueltas y vueltas alrededor de una cadena frágil y tímida de adicciones,placer y largas conversaciones de madrugada.
Oigo el ladrido de un perro callejero,y me doy cuenta de que definitivamente el frío viene de fuera.
Tiro la colilla y cierro la ventana.Luego,me meto bajo la manta y cierro los ojos.Puede que algo tan inevitable como los sueños me haga desconectar un poco,ya que,no son buenos pero son mi única vía de escape,y de extinción.
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcvP2ljoJbKV8v_0xQ6IYQmlFxkzddSuxy_g69UvPFfbSQlAo1DlxbHNVgDumnrp9bwUZ33fGvRF8qFGhvnPk7po53f2bBwqUw1Dwe44_AjcP-ve58IT399yz6hFl040ElRDwZMfDjYnCT/s400/recuerdos.bmp
Noches de bohemia,nicotina y recuerdos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario